En el seno del FC Barcelona, los máximos responsables del área técnica y económica empiezan a tenerlo claro: la irrupción de Ansu Fati, pese a que sólo tiene 16 años, no tiene marcha atrás. No es que le quieran hacer el equipo a Ernesto Valverde, pero en el club empieza a aceptarse como una evidencia que el joven canterano es un crack en ciernes. Su convocatoria con la selección Sub-21 es la última evidencia de que ha nacido una estrella. Quizás de forma accidental y prematura.
De hecho, lo que ya parece irreversible para Ernesto Valverde y Eric Abidal, los principales responsables deportivos del primer equipo, es que Fati ya no está para bajar al Barça B en el día a día y, difícilmente en los partidos. La dureza de la Segunda B no lo aconseja. Lo del Juvenil A ya ni se contempla.
En ese contexto, en el Barça ya vislumbran un escenario con Ansu habitual en el día a día del primer equipo y, en función de su rendimiento, en las convocatorias y partidos. Eso, con una cláusula de rescisión muy alta para su edad (100 millones) pero no inabordable para un PSG, un Manchester City o un United. Y claro, si la cláusula puede invitar a algún grande a soñar, la ficha del canterano ya da alas a cualquiera a tentarlo. Y es que Ansu renovó el pasado verano en una acertada maniobra del club para evitar una fuga mediática y dañina, con una ficha muy generosa para un juvenil. Pero no tanto para un chaval que brilla al máximo nivel en el primer equipo del Barça.
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